Quería taparla con algo

A varios años de agotados los libros Cumbia y Ángeles y Diablos, comparto una selección de sus cuentos en este volumen. He realizado algunos ajustes y correcciones que ojalá los beneficien.
Señalo unos pocos datos:
La anécdota del cuento Mierda me fue referida por un chofer de camiones que frecuentaba un comedor de la ruta. Allí -dijo -se encontraba con otros colegas, entre ellos, dos hermanos que viajaban juntos y protagonizaron el episodio. El cuento, primero, apareció con un título diferente en la revista “La mujer de mi vida” y, tiempo después, se convirtió en el origen de la novela Gentiles criaturas.
Taxi también recrea momentos de una de tantas noches en años oscuros.
El animal, elogio del camino posible muchas veces soñado y postergado por quienes habitan en las grandes ciudades.
En Así es la milonga propongo una apretada síntesis de conductores y relatos recopilados en recorridos que hice durante mi adolescencia y juventud por las rutas patagónicas.
No es culpa suya está estructurado a partir de un acontecimiento sobrenatural que, me parece, se orienta hacia la alegoría y no a lo incierto.
El cuento Cumbia toma otra vez el último lugar de la serie, como su narrador, a quien le gusta ocupar el asiento de atrás del ómnibus.
De la etimología de Esa chica, Mamá está haciendo tortas fritas, Quería taparla con algo, Huaira Cruz y Hongos ya hablé cuando se publicaron en Verano12; remito a los interesados a sus páginas para no agobiarlos ahora con un prólogo extenso. Cualquier buscador de internet puede conducirlos con facilidad.
Mi reconocimiento, siempre, a todas aquellas voces que me preceden y acompañan, y me permiten acercar a este oficio narrativo, de raras proporciones y orden misterioso.